Limpiando muebles |
Tengo que comenzar este post con una noticia que recibí
después de haber publicado el post anterior; El sistema defensivo de Maluenda, ha sido declarado Bien de Interés Cultural.
¡Enhorabuena a los maluendanos ! Es un motivo de gran alegría
para todos.
He estado pensando si debía dedicar un post a los trabajos
que hicimos y otro a las excursiones. Al final me he decidido por mezclarlo y
así resulta más variado y- espero- que
también más ameno.
La primera tarde, fue, por decirlo de alguna manera, de
“inmersión cultural” una toma de contacto con el Valle del Jiloca. Estuvimos visitando la iglesia de La Asunción
en Fuentes de Jiloca. No voy a dar datos
sobre ella, os recomiendo visitar Aragón Mudéjar y ahí encontrareis amplia
información y fotografías.
Nos llamó la atención la aridez del paisaje y lo
encaramado del pueblo con la iglesia en
lo mas alto.Y todavía más lo que destaca
la torre con su remate en cerámica de colores.
Si a alguien no le gusta mucho conducir, que deje el coche al llegar a
Fuentes y suba andando hasta La Asunción, el camino es empinado y no caben dos
coches si uno se encuentra con alguien que viene en dirección contraria.
Allí tuvimos la suerte de estar acompañados no
sólo por el párroco sino también por un señor alemán que es organista y nos
estuvo explicando el funcionamiento del órgano. Para muchos, fue la primera vez
que veían este instrumento tan de cerca
y me acordé de la sesión que habíamos tenido un año antes en Briones con
Iñigo Arana.
En el órgano de Fuentes de Jiloca |
De vuelta a Maluenda, paramos en Morata (también de Jiloca..
aquí todo se llama de Jiloca). Tal y como
pensé, no encontramos la iglesia abierta ( que por lo visto tiene un retablo muy
interesante) pero pudimos saltar, un salto en el Mudéjar, para dejar constancia
de estos lugares deliciosos y escondidos que tenemos en nuestra geografía.
Iglesia de San Martín, Morata de Jiloca |
La tarde terminó con algo que a lo largo de la semana se convertiría en habitual; la charla en El Churrión que se alternaría con la charla en El Obrador o la tertulia nocturna después de la cena en el bar de la piscina. (Hubo baile en las fiestas de Velilla , ya veis que no faltó de nada…)
El día siguiente fue ya de trabajo serio. Mientras los chicos
ayudaban a vaciar un trastero y trasladaban electrodomésticos y muebles, las
chicas estuvimos limpiando en la
sacristía de Santa María. Esta sacristía tiene unas cajoneras con madera
tallada, eso es muy bonito pero poco práctico porque se acumula mucho polvo en
los recovecos. Además de limpiar y encerar, vaciamos uno por uno cada cajón, y uno a uno ATENCIÓN: UNO A UNO, entre Clara y Sheila, fotografiaron y anotaron cada ornamento que
sacamos. Esto lo hicieron para crear un catálogo donde quede registrado todo lo que hay y su estado a día de hoy.
Casullas, dalmáticas,
estolas, manípulos, capas pluviales…desde el siglo XVIII hasta la época actual.
Hay que destacar que no son ornamentos de especial riqueza o valor en cuanto a
su confección o materiales, pero forman parte de la historia de esta parroquia
de Maluenda.
Esta labor fue muy minuciosa y tras fotografiar y tomar notas, Clara y Sheila
informatizaron todo su trabajo. Como anécdota, encontramos alguna casulla donde
estaba escrito en la parte interior “Soy de Mosen … y la fecha…” (No recuerdo el
nombre y la fecha era en torno a finales del XIX). Allí quedó anotado.
La nota de humor la pusieron Jonathan e Ismael que tras haber
vaciado el trastero decidieron pintarlo “en plan mudéjar” ya que estábamos en
ambiente.
Quizás la excursión mas espectacular, fue la que hicimos al
Monasterio de Piedra. Al principio, el equipo se resistía un poco a
ir porque , con toda razón, decían que les parecía caro ( 15 euros) Es extraño
que en este lugar, no haya reducción de precios por estudiante, familia
numerosa ni nada. Al respecto, me avisan desde esta entidad y explican que tienen un 25% para las personas con carnet joven y el 10% de descuento para compra de entradas online. Siento, sobre todo por los chicos, el malentendido en taquilla, porque tuvo que pagar cada uno 15 euros. Aviso y lo señalo para corregir, a petición del Monasterio de Piedra y con todo gusto, este asunto. Que no os pase lo que nos pasó a nosotros si vais. Atentos a estas condiciones.
Otro “pero” que pongo es que hay que elegir
con cuidado el día para la visita. Mi experiencia es que en verano, “nunca en
sábado” por la aglomeración. En cualquier caso
conviene llegar a primera hora de la mañana, pasear con sosiego
y disfrutar de lo que se ve. Tiene que ser espectacular estar en el Monasterio de Piedra en época de lluvias. Por cierto, que cuando les explicaba a los
chavales lo que iban a ver, no
terminaban de creerme. En algún momento les llegué a plantear no ir, ya que
les veía mohínos, pero luego estuvieron contentos.
Dejo
para el próximo día contar el trabajo mas duro (ya vereis...ya), y las visitas a la iglesia de
las Santas Justa y Rufina, a Velilla de
Jiloca (en donde Andrea hizo sus pinitos como decoradora de interiores con
unos consejos para la sacristía) Daroca
y como punto final para algunos; Zaragoza Y así terminará el relato de nuestra aventura en el mudéjar.
Si quereis mas información para hacer excursiones por esta zona, la web de turismo de Calatayud es muy completa.
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