Ser joven abogado en Madrid, trabajar con un horario criminal toda la semana y después madrugar saltar de la cama el sábado para estar a las diez y media en un museo, me parece de alabar. Agradezco mucho a quienes acudieron a la cita de Patrimonio para jóvenes en el Museo Cerralbo su esfuerzo y atención. Tanto se lo agradezco que les perdono , jaja ,les podemos perdonar una vez más que se les resista el concepto una-foto-de-todos-juntos-con-el-guía y hoy vuelva a tener fotos de dos por aquí, tres por allá... No obstante, ¡Gracias Sofía Parada Cano Lasso por la dedicación y el tiempo para organizar esta visita!
Sofía visitó el Museo Cerralbo previamente, le presentaron a Adrián, y nada mas salir del museo me llamó y me dijo: Tenemos al que necesitamos.Y se acordó la visita.
El origen de este museo, hace que hoy pueda resultar un poco abigarrado a los ojos de quien lo visite, algo ajeno a la nueva museología, por eso es esencial verlo en compañía de alguien que sepa darle vida, que nos pueda hacer sentir trasladados a la época y costumbres de Don Enrique de Aguilera y Gamboa Marqués de Cerralbo un hombre romántico, culto, sensible, arqueólogo, por supuesto rico visto lo visto.. y con sentido del valor del patrimonio. Sus hallazgos arqueológicos los donó al Museo Arqueológico de Madrid, de manera que en su casa palacio, solo se ven las piezas que el compró.
De la mano de Adrián todos pudieron descifrar la distribución de la casa, los usos y costumbres sociales y las aficiones del marqués. Por lo visto, la penumbra del comedor estaba muy estudiada, a don Enrique le gustaban las luces indirectas, opinaba que una iluminación muy directa era nefasta para las damas pues ponía de manifiesto si el maquillaje era incorrecto. Se ve que el tema del retoque del maquillaje ya daba problemas entonces como ahora. Si hoy las chicas se amontonan en los baños de una discoteca o un restaurante, os voy a enseñar una foto de Claudia en la sala donde se reunían las mujeres a retocarse y descansar (y supongo que a cotillear) durante las cenas y bailes.
Aquí está Claudia con un fabuloso espejo veneciano al fondo y una mesa de malaquita de los urales en primer término. La malaquita estaba muy cotizada y se había puesto muy de moda durante el reinado de Isabel II porque el zar ruso le había hecho un regalo de este material el día de su boda.
Muy curiosa es también la sala con mesa de carambolas. Tras la cena, los invitados podían pasar a esa sala, los hombre jugaban mientras las mujeres les miraban desde los sofás situados junto a las paredes. Me imagino a los guaperillas de la época felices de ser vistos y mirados... Todas estas cosas me hacen pensar en que a pesar de los usos y costumbres de las épocas, en el fondo nuestros sentimientos, nuestras grandezas y vilezas, en definitiva, nuestra manera de ser seres humanos es atemporal.
Una de las consideraciones que se me ocurren a propósito de esta vista al Museo Cerralbo, es el asunto en boca de todos sobre la falta de subvenciones a la cultura, lo caro que puede resultar el acceso a la cultura etc. etc. Y muchas veces es bien cierto. Sin embargo, me llama poderosamente la atención ver interesantísmos museos, a precios irrisorios, con excelentes profesionales, gente amable que sin embargo no reciben las visitas que merecen. ¿Es cuestión de marketing y comunicación? Ante el claustro de San Antonio el Real en Segovia , le decía yo a su guía, mi buena amiga María José Pascual que debía probrar a montar una cola ficticia, cobrar la entrada a 15 euros en lugar de dos, y ver si entonces llegaba la gente en masa. ¿Nos gusta hacer colas y que nos cobren un montón? Pues a veces pienso que sí.
Siguiendo con la vista al Cerralbo, aquí arriba están Claudia y Juan en la biblioteca del Marqués. Resulta muy espectacular la escalera principal, por ella subían las visitas y el marqués les esperaba en el último tramo para darles la bienvenida. No sólo había que demostrar que se tenía dinero sino que el linaje era antiguo e importante, por eso se puede ver el escudo de armas y dos pinturas que representan las hazañas mas significativas de sus antepasados, como por ejemplo la defensa de La Coruña frente al pirata Drake.
Una visita tranquila , fácil, barata, con un personal amable en el museo, ¿qué mas se puede pedir?
Os animo desde aquí a todos a no perder de vista todo lo que se puede visitar y teneis a mano. En ciudades grandes o pequeñas, en pueblos... No siempre lo que está mas anunciado es lo mejor. Me da pena que los grandes despliegues publicitarios de exposiciones, por interesantes y únicas que sean, nos hagan olvidar los rincones con encanto y sobre todo nos hagan olvidar a quienes trabajan con entusiasmo, generosidad y sabiduría en un empeño diario, y constante por mostrarnos y no hacernos olvidar nuestro inabarcable patrimonio. ¡Gracias Adrián!, ¡Gracias Carmen, personal de sala, restauradoras.. por vuestra atención a Patrimonio para jóvenes!
Os animo a seguir a Patrimonio para jóvenes en facebook y en twitter estamos en @pilarmce
Hasta pronto.
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